Diálogos emergentes: la guía para nerds sobre cómo hacerlos bien


Los cuadros de diálogo son como los potenciadores del mundo de la interfaz de usuario: cuando se hacen bien, ayudan a los usuarios a completar las tareas de forma más rápida y fluida. Pero seamos realistas, cuando se hacen mal, son el jefe en el que nadie se ha apuntado. Diseñar diálogos geniales es una misión en la que vale la pena embarcarse, ya que se trata de crear un equilibrio entre la funcionalidad y mantener contentos a los usuarios.
Una ventana emergente es una superposición que exige tu atención y te pide que interactúes antes de continuar. Ya sea para pedirles a los usuarios que confirmen una decisión, para compartir información importante o para guiarlos en varias tareas, los cuadros de diálogo son la forma que tiene la interfaz de usuario de decir: «¡Ey, esto es importante!» Aparecen en todas partes (en aplicaciones, sitios web e incluso dispositivos móviles) para centrar la atención sin alejar a los usuarios de la pantalla actual.
Ejemplo clásico: ¿Ese cuadro de diálogo de advertencia de caducidad de sesión? Un salvavidas cuando se hace bien. Un festival de frustración cuando no lo es.

No abuse de los diálogos, pueden ser bastante molestos. Interrumpen cualquier cosa que esté haciendo el usuario y exigen atención. Los usuarios tienen que lidiar con el cuadro de diálogo antes de poder volver a donde estaban, lo que puede resultar útil para tomar decisiones importantes, como confirmar la pregunta «¿Quieres eliminar tu cuenta?» Sin embargo, para la mayoría de las tareas, no son necesarias y pueden resultar muy molestas.
Ventanas emergentes = interrupciones. ¡Utilízalos con moderación! Obligan a los usuarios a pausar su tarea actual, lo que puede resultar útil para tomar decisiones importantes (como confirmar una eliminación), pero muy molesto si se usa en exceso.

Nunca dejes que las ventanas emergentes aparezcan de la nada. Deberían actuar como camareros educados: solo deben aparecer cuando se les llama (haciendo clic en botones, enlaces u otras acciones del usuario). ¿Ventanas emergentes sorpresa? Un gran no-no.

Consejo profesional: Siempre vincula un cuadro de diálogo a una acción del usuario, como hacer clic en un botón o un enlace. Los diálogos sorpresa son los villanos de la experiencia de usuario.
Los diálogos deben parecer un amigo útil, no un manual técnico confuso. Usa un lenguaje claro, directo y humano.
Usa un lenguaje sencillo y fácil de usar que se adapte a tu audiencia. Evite los términos crípticos del sistema. Por ejemplo, no digas: «¿Liberar tu almacenamiento?» cuando te refieres a «¿Eliminar tus archivos?» Sé específico, por ejemplo: «¿Quieres eliminar estos 5 archivos?»

En la mayoría de los casos, los usuarios deben entender las opciones solo por el título y el texto de un botón.
Evita la ambigüedad y el desorden visual de advertencias vagas como «¿Estás seguro?» En su lugar, haz que las opciones sean muy claras. Por ejemplo:

Cuando se complete un proceso, recuerde enviar un mensaje o comentarios visuales al usuario. Si los usuarios necesitan detalles adicionales para tomar una decisión, no los ocultes en secciones ampliables. En su lugar, replantéate si una ventana emergente es la solución adecuada.

Los diálogos están pensados para ser ayudantes rápidos, no minipáginas web. Mantente concentrado y evita sobrecargarlos. Un diseño limpio y sencillo funciona en ordenadores de sobremesa y pantallas móviles. Bonificación: ¡no es necesario desplazarse!
Dos es compañía; tres es multitud. Cíñete a dos acciones claras, como «Guardar» y «Cancelar». Añadir opciones adicionales como «Más información» suele llevar a los usuarios a una madriguera llena de tareas sin terminar.

Si tu interacción requiere varios pasos, es más adecuada para una página completa, no para una ventana emergente. Los procesos complejos merecen un respiro.

Deberías usar modales, por ejemplo, para interacciones críticas e importantes (eliminar, términos y condiciones, etc.).
Los cuadros de diálogo vienen en dos tipos:modal (debe actuar antes de continuar) y no modal (haga clic fuera para cerrar). Cada uno tiene su lugar.
Utilízalos para cosas serias, como eliminar cuentas o aceptar los términos. Los diálogos modales mantienen a los usuarios concentrados.

Para acciones rápidas y opcionales, los diálogos no modales son la mejor opción. Puntos extra por permitir a los usuarios pulsar fuera para cerrar.

El diseño importa, incluso para un cuadro de diálogo. Haga que sea agradable a la vista e intuitivo para los usuarios
Una cosa interesante de las ventanas emergentes es que permiten a los usuarios estar al tanto de su pantalla actual. Pero oscurece el fondo suavemente para que el diálogo destaque como un foco en el escenario.

Facilite la salida de los usuarios:

Evite lanzar una cadena de ventanas emergentes (¡pop upception!). Es confuso y frustrante en cualquier escenario.

Ventanas emergentes buenas = usuarios satisfechos. Ventanas emergentes incorrectas = ciudad de desinstalación. Así que crea una maqueta de tus diálogos, pruébalos con personas reales y recuerda: la experiencia de usuario se basa en humanos, no solo en interfaces llamativas.
¡Ahora anímate y crea ventanas emergentes que brillen! ✨